Skip to Content

suxestión

Abril 2022

Abril rompe amodiño polos cómaros,
unha preguiza nova vén  no vento:
¡Ai meu amor! ¿Por onde o val florido
sen a melancolía dos teus ollos?

O sulco medra, medra esguiamente.
Vou sementando amor con edras tenras
para cinguir a luz, o vidro limpo
do lume desbordado no teu labio.

Este río que nace, esta mapoula,
¿qué transparente forza lle deu brío
para aniñar na túa fermosura,
no mármore levián de fresco lume?

Sinto brosmos os dedos, o aloumiño
tería de ser fráxil, rula morna
que a túa voz máis leve engaiolase...

Avilés de Taramancos  (Noia,  1935 - A Coruña, 1992)  in "Poemas a Fina Barrios. Pequeno Canto"
AVILES DE TARAMANCOS, Antón, Obra poética completa, Espiral Maior, A Coruña, 2003, páx.51

Abril 2022

El secreto

de la contadora de historias

de Sejal Badani


    Obra que é unha alegación contra o racismo e os prexuízos; que fala de amor, de perdas, de traizóns, de confianza, de lealdade, de aprender dos erros e tamén de superación. Da man de Jaya viaxaremos á India actual e a India dos anos 40 baixo o mandato inglés, a Segunda Guerra Mundial ou a loita de  Gandhi.
    Jaya,  despois do fracaso do seu matrimonio, decide abandonar Nova York e viaxar á India para recuperarse e obter algunhas respostas sobre o pasado da súa familia. Embriagada polo que observa, albisca e escoita, convértese nunha ávida estudante da súa cultura ancestral. Mais será  Ravi, o antigo servente e confidente da avoa, quen lle fale da loita e o amor secreto desta durante a ocupación británica. Grazas á romántica e conmovedora historia da súa valente avoa,  Jaya descobre o seu legado e unha forza que, ata entón, non crera posible.

     (...) Mi madre se levanta y devuelve pulcramente la silla a su lugar. Sin decir nada más, sale de la cocina y sube a su habitación. Durante el silencio que sigue, la vergüenza se apodera lentamente de mí.
    -Lo siento. -El estómago me ruge de hambre, pero ignoro su llamada. Respiro hondo para controlar las emociones que amenazan con desbordarse. Levanto la vista y me encuentro con la mirada de dolor de mi padre-. No esperaba que fuera a hablar del tema.
    -Tu madre te quiere.
    Me cuesta contener una carcajada.
    -El concepto de amor de madre se limitó a llevarme al colegio y alimentarme.
    El sentimiento de culpa me censura de inmediato. A pesar de que mi madre siempre fue una persona distante, cada vez que hacía algo por mí -prepararme meticulosamente mis platos favoritos, plancharme perfectamente la ropa, estar presente entre el público en cualquier acto escolar observándome con ansiedad- me convencía a mí misma de que aquello era amor. Mi madre siempre estuvo físicamente presente en cualquier aspecto tangible. Era la conexión intangible lo que nos faltaba.
    -No puede venir ahora pidiéndome que la involucre.
    -Tu madre lo hizo lo mejor que pudo -replica despacio mi padre.
    -Ya lo sé, papá. -Intuyendo que es mejor esquivar una discusión, sacó algunos tuppers-.
Podríamos guardar la comida en la nevera.
    -Jaya. -Espera a que le mire antes de continuar-. Lo está pasando mal. -Notó una punzada de rabia. Yo también lo estoy pasando mal, pero mi padre siempre se ha puesto del bando de mi madre cuando ha tenido que elegir-. Ha recibido noticias de la India -me explica-. No tiene la cabeza donde tendría que estar.
    -¿De la India?¿Qué tipo de noticias?
    Mi madre se negaba a hablar sobre su infancia en la India y nunca habíamos ido allí de visita. Con ganas de saber cosas, le había preguntado repetidamente la niña acerca de su país natal, pero la respuesta era siempre la misma: «Concéntrate en el futuro, Jaya, no en el pasado». Los padres de mi padre habían fallecido antes de que yo naciera y, siendo también hijo único, tenía poca familia a la que ir a ver. Recuerdo vagamente las contadas veces que los hermanos de mi madre vinieron a visitarnos desde Inglaterra y Australia.
    -¿Papá? -digo, al ver que mira preocupado hacia la escalera.
    Me indica con un gesto que pasemos al despacho con paneles de madera de cerezo en cuya decoración mi madre ha dedicado horas hasta dejarlo perfecto. Las molduras son motivos tallados en roble y el suelo de madera oscura está cubierto con una alfombra egipcia. Una lámpara de sobremesa de anticuario aporta luz a la estancia.
    Viendo lo feliz que le hacía decorar el despacho de mi padre, le pedí que me ayudase a redecorar mi habitación. Con diez años de edad, buscaba desesperadamente la manera de conectar con ella. Mi madre exploró distintas opciones y me vino con una docena de muestras de pintura para la pared y diversas fotografías de revistas de decoración. Y se marchó después de decirme que decidiera yo. Tomando su desapego como un rechazo, hice caso omiso de todo lo que ella había seleccionado y pinté la habitación de negro y el mobiliario del mismo color. Y a pesar de que aquel periodo gótico duró todo un año, mi madre jamás pronunció ni una sola palabra que diera a entender su desagrado.
    Mi padre saca una carta arrugada de un cajón del escritorio. La lee con fatiga y con una cautela inesperada. En cualquier circunstancia, mi padre ha sido invariablemente una persona rebosante de energía mientras que mi madre se ha mostrado en todo momento comedida y cautelosa. Mi padre siempre ha aportado ligereza, un contraste con la pesadez de ella. Pero, con todo y con eso, jamás se ha separado de su lado.
    -Tu madre la tiró sin decírmelo. La encontré en la papelera. -Me pasa la carta con manos temblorosas-. Su hermano se puso en contacto con ella para pedirle que volviera a casa. Su padre, tu abuelo Deepak, está enfermo...

 

Marzo 2022

Dúas moedas de Núria Tamarit

Esta obra, gañadora do primeiro Premi València de Novela Gráfica, é unha colorista mirada a unha parte da realidade africana, tan vasta e complexa como fascinante nas súas peculiaridades.

Mar, unha adolescente europea, viaxa a Senegal na compaña da súa nai, que traballa no proxecto de construción dunha biblioteca e unha emisora de radio nun pobo de agricultores e pescadores ao norte da rexión. Afeita ás comodidades e dinámicas do chamado primeiro mundo, a medida que se vaia aclimatando aos ritmos e costumes do lugar irá tomando conciencia de que a metade da súa equipaxe eran tópicos, prexuízos e descoñecemento. Sobre o terreo, Mar descubrirá unha cultura sensual e hospitalaria, unha paisaxe de beleza insólita e unha sociedade con problemáticas moi específicas e sometida a graves desaxustes políticos, pero tamén allea a moitas das nosas servidumes cotiás.

Unhas páxinas de mostra:

 

Febreiro 2022

A Candeloria

Na catedral do abrente

hoxe casan os paxaros,

con nubes de neve e ouro

está o ceo engalanado.

 

Ficou o día ancorado

na ría donda do ceo.

Os roibéns soben no lonxe

como rosarios de incienso.

 

O xantar do casamento,

roibo, na palma da man

das eiras madrugadoras

xa está arranxado no val.

 

Vai tocando polo campo

a súa zanfona o rego

e canta o vento nas farpas

sonorosas dos piñeiros.

 

O campo as montañas ruzas

envolve en capa pluvial

co hisopo do sol mollado

dálles a beizón nupcial.

 

Do casebre nugallán

soben os vivas dos galos

e na festa desta noite

estrea un luar o campo.

(Luís Amado Carballo, Pontevedra  1901-1927 in Proel-1927)

Febreiro 2022

El amor en el jardín de las fieras

de Juan Eslava Galán

     Novela protagonizada por Herminio Cáiser, descendente dos alemáns cos que Carlos III repoboou Sierra Morena, que tras a Guerra Civil, onde se converte en heroe republicano, acaba en Berlín como semental dos nazis nunha casa berce ( libenborn). A historia desenvólvese nos anos 40 e parte dun feito histórico: a viaxe de Himmler a España en 1940, entre outras cousas, para visitar unhas escavacións en Segovia onde se acharon uns restos visigodos que apoiaban as súas teses de que a raza aria protagonizou os momentos máis brillantes da historia da humanidade.  Cáiser, é trasladado a Berlín en compañía de Cayetano, un mozo falanxista encargado de vixialo. Alí xorde a amizade entre ambos e Cáiser coñece a unha moza xudía, da que se namora, vese envolto nunha perigosa trama de espionaxe e acaba enrolado na singular Unidade de Esquiadores da División Azul.

     …Mientras disfrutaba del baño caliente en una habitación llena de vapor, meditó sobre el alcance de la reciente reunión de Franco con Hitler. ¿Iba España a participar en la guerra? La familia de Cayetano era monárquica por tradición. Su madre, sus hermanos y sus tíos anhelaban el regreso de don Alfonso XIII, cuyo retrato al óleo presidía la biblioteca y cuyas fotografías dedicadas podían encontrarse en distintas estancias de la casa. Cayetano era el garbanzo negro de la familia, aunque doña Petronila, la marquesa viuda, se lo toleraba porque era su favorito, el benjamín de la estirpe. Los hermanos, no tanto. Cayetano se había convertido al fascismo nacional proletario durante los tres años que vivió en contacto con falangistas refugiados en la embajada de Francia, entre ellos el arqueólogo Santa-Olalla. Doña Petronila se lo tomaba como una rareza más de la rama extravagante de la familia. Probablemente salía al tío Teodoro, un familiar un poco tronado que solo vivió para las reses bravas, las motocicletas y las queridas. Por eso doña Petronila movió influencias para que le consiguieran un puesto en la embajada de España en Berlín. Por lo menos, se consolaba cuando tomaba el té con sus amigas, “así lo alejó de Madrid para quitarlo de perseguir criaditas y modistillas o, lo que es peor andar por ahí con esa gentuza de la Falange que empieza con el cara al sol por la mañana y termina con el Asturias patria querida con las pelandruscas del Chicote”

Cayetano salió del baño, se secó vigorosamente con la toalla puesta a calentar en el toallero de la estufa y se vistió con el uniforme falangista, botas y correaje lustrosos, y la camisa azul recién planchada, aunque con el cuello sin almidonar, detalle importante para subrayar la vocación popular y proletaria del Movimiento. 

Bajó a la cocina. Tomó un último café sin sentarse y antes de marchar subió a darle un beso a doña Petronila. 

¡Ay hijo, cuando te veo vestido de fantoche! -Suspiró doña Cayetana-. No olvides el abrigo, que hace frío.

Cáiser y Ramírez aguardaban en el vestíbulo de la jefatura de la Falange. Ramírez hizo las presentaciones y en un aparte le encomendó a Cayetano que no perdiera de vista a su tutelado. 

Bueno, Herminio- dijo Cayetano cuando Ramírez se despidió dejándolos solos-, si te parece vamos al cuartel paseando.

-Por mí, estupendo.

Se había despejado la niebla matinal y había salido el sol. La conversación recayó sobre el Atlético-Aviación Club del que los dos eran hinchas. El Atlético iba imparable, incluso oscureciendo al Real Madrid. Hacía tan solo unos días había batido por siete goles a uno al Español en el estadio de Vallecas.

-¿Cómo estás tan enterado?-preguntó Cáiser-.¿No estabas en Alemania?

-Sí, pero allí recibimos puntualmente el Marca por valija diplomática. Es lo primero que leemos, antes que el Boletín Oficial del Estado.

Rieron los dos de buena gana.

La común afición al fútbol ayudó a superar los mutuos recelos. A Cayetano no le pareció que Cáiser encajara con la imagen del miliciano inculto y sanguinario que la propaganda franquista divulgaba, los que aparecían en los dibujos de Sáez de Tejada. Quizá solo fue uno de los muchachos descaminados que habían hecho la guerra con la República y ahora pagaban las consecuencias de su error.

No te puedes presentar en Alemania vestido como un obrero -le comentó Cayetano subiendo por la Gran Vía-. A los alemanes hay que demostrarles que somos alguien, que aunque sean buenos camaradas se lo tienen muy creído. Bueno, motivos no les faltan. Se han merendado Francia en cinco semanas.

En diversos comercios del centro de Madrid adquirieron una maleta y renovaron el vestuario de Cáiser por cuenta de la jefatura de Falange: ropa interior, camisas, un terno de buen paño, gabardina, abrigo y sombrero.

Bueno, ya hemos terminado la faena que teníamos para hoy -dijo Cayetano-. ¿Te apetece un café? Invito yo.

En el antiguo café Fuyma, frecuentado por militares y toreros, tomaron asiento en un velador con tapa de mármol. Un camarero delgado. Patillas de boca de hacha y mandil ceñido acudió solícito.

-Para mí un café solo, que sea del bueno, ¿eh? ¿Y tú que tomas?

Cáiser pidió una gaseosa.

-Con eso no te vas a emborrachar -bromeó Cayetano-. No te cortes, hombre, que paga la Falange.

El aristócrata extrajo del bolsillo interior de la chaqueta una pitillera dorada con las armas familiares grabadas en la tapa y ofreció un pitillo que Cáiser rechazó:

-Gracias. No fumo.  (pp 44-46)

Sobre o autor.-

ESLAVA GALÁN, Juan é un escritor español do xénero histórico, tanto de ficción como de non ficción. Publicou algunhas novelas baixo o pseudónimo de Nicholas Wilcox. A súa bibliografía comprende máis de cincuenta libros e ensaios, entre os que destacan as súas moi irónicas Historia de España contada para escépticos e El catolicismo explicado a las ovejas. Na nosa biblio podes atopar:  Los falsos peregrinos, Una historia de toma pan y moja: los españoles comiendo (y ayunando) a través de los tiempos, La madre del cordero : curiosidades y secretos de la simbología cristiana ou La Biblia contada para escépticos ademais de El amor en el jardín de las fieras.

Xaneiro 2022

Eternity de Xosé Monteagudo

        Esta novela, último premio de narrativa breve Repsol,  invítanos “a reflexionar sobre o futuro dunha sociedade que aspira á permanencia concibíndose como un inmenso arquivo dixital” (da presentación editorial).
    Dalmao, un emprendedor licenciado universitario, funda Eternity: un lugar en internet para conservar a memoria virtual dos mortos; para manter, da man das novas tecnoloxías, indelebles e perennes as pegadas daqueles que marcharon na barca de Caronte. Socios nesta empresa son  Larisa, Daniel e Héitor, outros tres enxeñeiros informáticos necesitados de alguén que domine varias linguas e saiba redactar: ese alguén é a protagonista desta novela; a esta escritora e tradutora as historias das vidas dos demais van levala a descubrir as orixes da súa propia e agochada historia.
    
… A eternidade xa non é o que era. Esta é a idea en que acreditamos firmemente todos nós…
o proxecto que se dispoñían a iniciar consistía nunha aplicación informática que levaban meses deseñando entre os catro. Algo así coma un cemiterio virtual cuxos confíns eran a propia humanidade. Nel, os familiares dos que falecían poderían depositar a historia do finado, á disposición de todo o mundo, para que a súa memoria non se perdese...
    A historia dos falecidos sería depositada na aplicación informática por algún dos seus seres queridos... xunto co certificado de defunción ou cunha necrolóxica que demostrase a morte. A súa extensión estaría dentro duns límites prefixados. Desde o intre en que o supervivente aceptase as condicións de uso, a historia pasaría a integrarse na aplicación, á disposición de todos os usuarios rexistrados. Por suposto, debería terse en conta a carencia ou a limitación nas aptitudes para contar a historia do finado por parte dos que o apreciaban. Iso requiría conxugar a vontade de perpetuar a memoria do falecido coas esixencias mínimas que había de cumprir a narración. Era o primeiro aspecto onde se precisaba o meu traballo. A min corresponderíame a corrección lingüística e de estilo das historias que recibísemos.
... miña nai semellaba cada vez máis interesada en que lle contase cousas de miña situación actual. Eu non quería crear nela unha expectativa profesional sobre o futuro que o tempo se encargase de frustrar do modo máis desapiadado, como ocorrera cos meus anteriores proxectos e traballos, pero tampouco desexaba darlle a imaxe de que non tiña nada concreto en perspectiva, así que lle falei de Eternity. Díxenlle que era unha oferta que me fixeran e que estaba a considerar. Cando lle contei as características principais do proxecto, sen concederlle maior importancia, comezou a interesarse. Entón non tiven máis remedio que explicarlle máis polo miúdo en que consistía, confesándolle todo o que me contaran Dalmao e máis os seus compañeiros. Conforme lle describía o proxecto, fun consciente de que as miñas palabras adquirían un ton levemente entusiasta. Despois de media hora falando daquel asunto, preguntoume por que non aceptaba a oferta. Díxenlle que non me ofrecía moita confianza e que non lle vía demasiado futuro. Miña nai preguntoume entón se era máis atraente o futuro que me deparaba o tipo de traballos que estaba facendo desde que rematara o posgraduado. Non sei o que lle contestei a iso, pero recordo perfectamente que a súa pregunta representou o punto inicial do camiño que me levou a considerar o proxecto de Eternity con outros ollos.
... intentei variar o máis posible as historias, con mortes en idades avanzadas e prematuras, con relatos procedentes de fillas, netos ou sobriños que sentían grande aprecio polo familiar finado, con persoas de diferente condición económica,social e profesional. A única prevención que tomei foi a de situar as súas vidas na cidade, onde calquera nome se pode inserir sen risco de que a falsidade quede ao descuberto, contrastando a lectura cos coñecementos veciñais de quen le...

Decembro 21

O 31 de marzo de 1881 chegaba a Ourense a primeira locomotora, na data da quinta e última prórroga que lle dera o Congreso á Compañía MZOV, concesionaria do ferrocarril de Medina a Zamora e de Ourense a Vigo. Algo máis de 140 anos despois, o pasado luns 22 de novembro, chegaba a Ourense, cunha ducia de anos de retraso, o AVE en viaxe de probas; será o vindeiro 21 de decembro cando comezará a operar comercialmente. Aproveitamos esta circunstancia para lembrar os versos cos que Curros Enríquez  (Celanova, 1851- A Habana,  1908) saudou a chegada do ferrocarril á Cidade das Burgas:

Na chegada a Ourense da primeira locomotora

Velaí ven, velaí ven avantando
comaros e corgas, e vales, e cerros.
¡Vinde vela, mociños e mozas!
¡Saludaina, rapaces e vellos!

Por onde ela pasa
fecunda os terreos,
espértanse os homes,
frolecen os eidos.

Velaí ven, velaí ven tan oupada,
tan milagrosiña, con paso tan meigo,
que parece unha Nosa Señora,
unha Nosa Señora de ferro.

Tras dela non veñen
abades nin cregos;
mais vén a fartura
¡i a luz i o progreso!

(in Aires da miña terra)

 

Ilustracións: Chegada a Ourense da locomotora, La Ilustración Gallega y asturiana (superior) e Curros en El Heraldo de Madrid, 22-10-1904 (inferior)

Decembro 21

Cartas al señor A.

Cuando el Alzheimer vino a casa  de  Anna Sakowicz

        Na década dos sesenta do pasado século,  Alois Alzheimer puxo nome a unha enfermidade descoñedida ata entón: un dos grandes males do noso tempo, un proceso dexenerativo que rouba o pasado e o presente das persoas que o padecen e das familias que viven cos doentes. Neste libro, a pequena  Anielka, utilizando o xénero epistolar, fainos pensar sobre a frustración e a dor que sofre cando ve que a súa avoa non lembra o seu nome, ou cando a confunde coa súa nai, pero tamén o gran agarimo con que a trata. Unha obra para remover as emocións e mostrar una versión concreta da vivencia desta terrible enfermidade.
    
    Señor A:
    Me llamo Anielka.

    Hasta hace poco vivía con mis padres y mi hermana, pero un día se mudó con nosotros la abuela. Entonces empezaron los problemas, porque nadie imaginó que usted se mudaría con ella.
    Así que decidí escribirle porque usted no me gusta, así de simple. No me gusta nada en absoluto. Y quiero pedirle que se vaya. Dejaré las cartas en el umbral de la habitación de mi abuela. Creo que las encontrará, porque mamá y papá dicen que usted vive también en ese cuarto. No sé quién lo permitió, porque yo no le dejaría entrar en casa. Usted es malo. Y además, invisible, aunque escucho a mi abuela hablar con usted de vez en cuando. Mamá llora, pero aparenta sonreír. Es gracioso cuando entro en la cocina y la veo sorberse los mocos sentada junto a la mesa. Tiene las mejillas sonrojadas y ojeras, pero levanta las comisuras de la boca y hace como que todo está bien. ¡Los mayores son tan tontos! Piensan que si sonríen, el niño no se dará cuenta y no entenderá nada. ¡Los niños no somos idiotas! No hay que sonreírles como un bobo que mira la luna (es lo que dice mi hermana cuando le sonrío).
    -¿Qué pasa? -pregunté.
   -Nada, cariño, todo bien. Estaba pelando una cebolla.
    Mamá cree que así me daré por contenta, pero ya no tengo tres años, sé distinguir cuando alguien llora porque está triste. No digo nada. Como ella, hago como si todo estuviera bien. Aunque no creo que lo esté. Todos aparentamos. Como si estuviéramos actuando en una obra de teatro de la escuela.
    No creo que yo sea buena actriz, porque mi profe no me da papeles demasiado importantes. Me gustaría hacer de Cenicienta, es mi sueño. No sé si debería decirle esto, porque mi madre le contó una vez a mi tía que usted había arruinado los planes de mis padres y mis abuelos. Si pudo arruinar sus planes, tal vez pueda arruinar también mis sueños. Al fin y al cabo, un sueño es un plan agradable para hacer en un futuro lejano.
    Aún así, me voy a arriesgar y le diré que una vez hice de una granjera que gritaba: «Las vacas ya están ordeñadas». Me daba miedo equivocarme y confundir vacas con patos. Todos los niños de mi edad saben que se ordeñan las vacas y no los patos, pero los nervios pueden llevarte a cometer errores tontos. Mi abuela siempre dice que hasta una hoja seca siente emociones, pero hay que controlarlas, tomar las riendas. No sé qué es una rienda, pero según mi abuela es algo que sirve para guiar un caballo. No  me lo puedo imaginar. ¿Usted sabe montar a caballo?
    Por otro lado, mi abuela podría ser una gran actriz de teatro: a veces hace como que... Cuando se lo digo, la abuela se enoja o se ríe. No sé de qué depende su humor. Creo que trata de engañarme, porque un rato después me llama «Anielka» como si nada hubiera pasado. Lo hace muy bien. Podría ser una actriz famosa si fuera más joven, porque las actrices suelen ser esbeltas y jóvenes. Y mi abuela tiene sesenta y un años. ¡Es tan mayor!
    No entiendo por qué usted no la deja en paz. Mi abuelo se enfadará como le pille aquí.
   Nuestra profe de lengua dice que, si nos sentimos mal, lo pongamos por escrito, pues cuando una expresa su malestar con palabras, enseguida se siente mucho mejor. No me convence del todo, porque cuando Sonia llenó mi cuaderno de garabatos, escribí cincuenta veces que estaba triste y no me ayudó. La tristeza no se fue. Tal vez la profe…

Novembro 21

A cidade do átomo de Iria Misa

Novela (IV premio Agustín Fernández Paz pola Igualdade) ambientada na cidade fantasma de Prípiat, tras a explosión no reactor 4 da planta nuclear, provocando o desastre ecolóxico de Chernóbil. Desde a súa evacuación, Prípiat é unha cidade en ruínas que os rapaces, ante a ausencia de adultos, procuran que siga a funcionar. Lena Petrov, diferente e solitaria, non é quen de atopar o seu lugar entre as rúas e edificios baleiros. Non hai nin rastro de Svetlana, a súa mellor amiga, e agarda con ansia o regreso da súa nai. Tan só o enigmático Máscara parece adaptarse tan mal coma ela á nova situación. Que segredo agochará?  Esta é unha historia que te vai estremecer...

 

   A poboación tomaba o nome do río que a abeiraba, e fora levantada polo Goberno da Unión Soviética para acoller as familias dos traballadores da planta nuclear que, ao longo dos seguintes anos,  iniciaría a súa actividade a tan só uns quilómetros de alí. Un proxecto ambicioso do comité Central que lle había proporcionar gran prosperidade á zona. Prípiat converteríase nunha das cidades máis modernas e avanzadas das repúblicas socialistas, con estruturas deseñadas polos mellores arquitectos, infinidade de parques, edificios públicos, amplas rúas e longas avenidas trazadas con precisión milimétrica. A xente referíase a ela como “a cidade do átomo” ou “a  cidade do futuro”.
    No horizonte avistábase a central nuclear de Chernóbil. Lena Petrov botoulle unha última mirada á torre de refrixeración que a coroaba. A silueta reflectiuse no brillo dos seus ollos, impedíndolle fuxir da impoñente presenza. Desde aquela distancia semellaba morta e inerte, adormecida baixo a súa coiraza. Mais no seu interior habitaba un monstro de forza radioactiva. O malvado con pel de uranio e sangue de plutonio que provocara a desgraza da cidade ao estoupar a traizón, contaminando todo ao seu redor e precipitando a evacuación da cidade.
    Lena non podería dicir con exactitude cantos abrentes, cantas mañás de sol e tardes de choiva pasaran desde aquilo, desde o día que os habitantes de Prípiat se viran na obriga de abandonar as súas casas ás présas. Só sabía que unha infinidade de soles e de lúas desprenderan o seu brillo sobre a cidade, e que, no transcurso de todas aquelas voltas da Terra sobre o seu eixe, ela nunca deixara de achegarse alí coa esperanza de ser testemuña do regreso dos adultos. Faltaban desde había moito tempo, pero ninguén sabía por que. Algúns nenos aseguraban que as súas nais e os seus pais permanecían prisioneiros das forzas inimigas occidentais, responsables directas do accidente no reactor catro da planta de Chernóbil; outros, que acudiran á central para axudar a sufocar o incendio e que alí traballaban sen descanso, evitando dese xeito que todo estoupase polos aires.
    Observou chea de tristura como a luz doutro serán esmorecía alí onde o camiño se afastaba tras a volta dunha curva e decidiu que non tiña sentido seguir agardando. Baixou do seu posto de vixilancia na cima do monumento descolgándose polo número 9 do 1970 abaixo. O díxito atopábase a unha altura considerable, así que cando soltou as mans foi aterrar de xeito brusco sobre un ramallo de flores secas. Sempre había flores, alguén as depositaba alí en lembranza dos outrora habitantes da cidade. Por que nunca lograba ver quen as deixaba?
    Emprendeu a volta á casa. As últimas raiolas de sol  apenas  alumaban o camiño. O aire que lle agarimaba a cara era algo máis frío ca nos días pasados. Decatouse tamén de que as cores das árbores que deixaba atrás ao seu paso foran mudando pouco a pouco ao longo das semanas anteriores, volvéndose máis cálidas, pero só naquel momento caía na conta do que significaba aquilo: o outono non andaba lonxe. Achegábase a caída das follas, unha vez máis. Tirou das mangas do seu vestido azul e cruzou os brazos sobre o van para protexerse dun frío que, polo  momento, tan só intuía. O traxecto ía escurecéndose a cada paso que...

Coñece a autobiografía da autora e exprofesora do noso centro premendo aquí.

E non esquezas que o vindeiro 12 de novembro a novela será presentada no Multiusos de Sabarís (Baiona)

Outubro 2021: "Rogo" de Xavier Seoane

Rogo

OH VIDA,

das xeracións de rapaces

que pasaron pola miña aula,

a cantos fixeches felices,

a cantos axudaches a cumprir as súas ansias,

a cantos destruíches, a cantos maltrataches?

 

Non

derramarás os teus mellores dons

na súas fráxiles mans?

 

Oh vida. Se tés entrañas,

que non teñan que cumprir o labor dun heroe

para sacar os fillos cara adiante

e gozar dunha vida minimamente amable.

 

Oh vida, ten piedade dos rapaces

que abandonan as aulas.

   (in Razón do Desencanto, Xavier Seoane, 1954)

Distribuir contido


by Dr. Radut