Skip to Content

novela

Outubro 2021: "La Puerta"

La puerta de Manel Loureiro

A descuberta do cadáver dunha rapaza, asasinada mediante unha antiga forma ritual aos pés da mítica “Porta do Alén”, desconcerta aos seus investigadores. A axente Raquel Colina é unha recen chegada a ese recuncho perdido de Galicia para tratar de salvar ao seu fillo, ao que a medicina xa non pode curar. Sen outra alternativa, Raquel recorrerá a unha menciñeira local, que prometía a súa  sanación. Con todo, a misteriosa desaparición da curandeira e o descubrimento da vítima da Porta fan sospeitar a Raquel que ámbolos  dous casos poden estar relacionados.

A Porta  do  Alén, un conxunto megalítico,  está  na cima  do Monte Seixo (Cerdedo-Cotobade). O autor da novela topouse con ela  facendo  sendeirismo: «É un pequeno  Stonehenge galego. No solsticio de inverno o sol ponse a través desa porta. Preto da Porta do Alén, ademais, está o Marco do Vento, un menhir de cinco metros que marca a entrada no territorio do mundo dos mortos. O que máis me chamou a atención é que o lugar mantivese o seu uso a través dos tempos e teña mesmo sobrevivido ao cristianismo» declarou o escritor nunha entrevista para o xornal La Voz de Galicia. Este lugar é o escenario da lectura que che recomendamos para este outubro e que tes ao teu dispor na nosa bibblioteca.

O AUTOR.-Manel Loureiro é avogado de profesión e escritor de vocación, el di que chegou á escrita por accidente. Traballou como guionista e comentarista para a TVG ou Cuarto Milenio, tamén colabora noutros medios como a Cadea SER e o Diario de Pontevedra. Saltou á fama coa publicación das novelas zombie: con Apocalipse Z, que comezou como un blog na internet e terminou sendo unha triloxía. Despois chegaron  O último pasaxeiro, Fulgor e Vinte,  con traducións a varias línguas.

Nas redes sociais:

https://www.instagram.com/manel_loureiro/?hl=es
https://twitter.com/Manel_Loureiro?ref_src=twsrc%5Egoogle%7Ctwcamp%5Eserp%7Ctwgr%5Eauthor

Nos xornais:

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/deza/cerdedo/2020/10/23/puerta-novela-cerdedo/0003_202010D23C5995.htm
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/pontevedra/2021/08/01/empece-escribir-accidente/0003_202108P1C4996.htm

UN FRAGMENTO DE LA PUERTA.- Santiago tenía la extraña sensación de que todos sus movimientos se habían transformado en una moviola a cámara lenta. Agarró la llave, que estaba helada, y la sacó de entre las zarzas. Con ella entre las manos subió pesadamente los escalones, hasta alcanzar una plataforma superior. Y ahí llegó la primera sorpresa.
    Frente a él se alzaba una estructura compuesta por un puñado de piedras ciclópeas que formaban algo parecido a una puerta. Las dos piedras laterales, cada una de varias toneladas de peso, se levantaban entre la niebla y sostenían un peñasco basto y poco trabajado que hacía de dintel. Quedaba el hueco suficiente para que por aquel vano cruzasen dos personas sin estorbarse, e incluso un tipo tan grande como Santiago pudo cruzar la puerta sin rozar tan siquiera los lados. Parecía algo sacado de otra época. No, se corrigió a sí mismo, era algo sacado de otra época, de un tiempo tan remoto que las personas que habían levantado aquel lugar seguramente ni siquiera pensaban como él.
    Entonces tropezó con la segunda sorpresa. Al principio pensó que era un resto que había quedado abandonado por las brigadas de construcción del parque eólico, quizá un envoltorio de plástico de alguna pieza, o alguna basura por el estilo. Era una mancha blanca en el suelo, medio oculta por los jirones de la niebla, pero que destacaban con claridad sobre el fondo oscuro de las rocas y el musgo. Avanzó un par de pasos y se detuvo como si le hubiesen dado una descarga de alto voltaje.
    Santiago era un tipo valiente -tenía que serlo para subirse a aquellos condenados chismes-, pero sus pelotas se transformaron en un par de canicas de hielo que pugnaban por esconderse dentro de su cuerpo.
    A sus pies, justo al otro lado de la puerta, yacía una chica joven de no más de veintitantos años. Era rubia y estaba muy pálida, casi del mismo color que el vestido blanco de novia que llevaba puesto. Tenía las manos cruzadas sobre su regazo y el pelo estaba desparramado alrededor de su cabeza, dispuesto de forma cuidadosa a modo de corona dorada. A sus pies había numerosas flores, pero lo más perturbador era lo que sostenía entre las manos.
    Aquella chica estaba muerta. Total y absolutamente muerta, y no hacía falta ser un forense para dictaminar aquel hecho. Porque entre sus dedos largos y delicados sostenía un trozo de carne de color rojo brillante y aspecto acuoso. Su propio corazón.
    En medio de su pecho había un enorme boquete de bordes sonrosados que iba creciendo como una flor a medida que la sangre que aun manaba lentamente iba tiñendo el vestido blanco de color rojo, y el órgano que debería estar dentro del pecho se había convertido en el ramo de novia más insano y perturbador que nadie pudiese haber imaginado jamás.
    Un regusto ácido trepó por su garganta, en una oleada incontrolable. Santiago se inclinó para vomitar contra la puerta, pero solo fue capaz de emitir unos jadeos agónicos. Entonces su mirada se detuvo en una mancha oscura situada a sus pies.
    Al ritmo lento de una pesadilla, levantó los ojos y siguió el reguero de (sangresangresangre)  aquella cosa hasta llegar al fardo de ropa que estaba al final del camino de gotas. Tirado como un saco de desperdicios, en una pequeña hondonada, el cuerpo sin vida de Javier le contemplaba con una expresión de terror infinito dibujada en los ojos. Alguien había abierto una extraña sonrisa roja en su cuello y a través de la herida se veían trozos de tendón y músculo que no deberían estar a la vista.
    Santiago dejó caer la llave, sin saber que estaba repitiendo el mismo gesto que había hecho su compañero apenas diez minutos antes. Un gemido sordo, más un balido de terror que otra cosa, se escapaba de su garganta. Con los ojos fuera de las órbitas miraba en todas direcciones, mientras una sensación húmeda y cálida se extendía por sus pantalones.
    Más tarde no recordaría cómo había hecho el trayecto hasta el Navara aparcado al lado del camino. Cuando intentó reconstruir aquel momento, a lo largo de las noches siguientes, siempre le faltaba aquel pedazo, como si su cerebro estuviese tan sobrecargado que se hubiese negado a seguir almacenando información. Solo los arañazos en las manos y la cara le hacían sospechar que había ido a tropezones, medio caminando y medio a rastras, hasta llegar al todo terreno.
    Pero de lo que sí se acordaba perfectamente era de la sensación inequívoca de que allá arriba, mientras huía gimiendo, meado como un niño pequeño y devorado por el terror, no había estado solo
(pp. 23-25)

 

A nosa Agatha Christie e o noso Sherlock Holmes

Aproveitando o centenario do pasamento de Emilia Pardo Bazán (12 de maio de 1921) presentamos Los misterios de Selva, moi recente compilación de dúas novelas da nosa autora: La gota de sangre e a inédita Selva, novelas coas que Pardo Bazán cultiva o xénero policíaco-detectivesco. O protagonista, Ignacio Selva é un detective afeccionado, un enxebre Sherlock Holmes e a súa nai literaria é un precedente de Agatha Christie.

PARDO BAZÁN, Emilia, Los misterios de Selva (edición e prólogo de José María Paz Gago), Ézaro Ediciones, Santiago, 2021,  236 pp.

 

Maio 2021

Panza de burro
de
   Andrea Abreu   

   Panza de burro cóntanos un verán, una historia que dinamita crenzas, ritmos e expectativas.   Dúas crías con feridas profundas,  lingoreteiras e  procaces que crecen rodeadas de cans cheos de pulgas e, en ausencia dos pais, ao coidado de avoas implacables. A narradora e Isora, amigas inseparables, de dez anos, viven nun pobo sempre nubrado ao norte de Tenerife, sen praia e con moitas costas para subir e baixar e moito tempo libre. Estamos nun verán un pouco atemporal  "como de otra época en la que la gente vivía en cuevas y dormía con los perros sobre el piso, cuando no había piche, ni amasadoras, ni centro cultural, venta, bar, iglesia, bemetas planchadas al suelo, guenbois, beibiborns con huequito pa la pipi, móviles con tapa, mésinye. Como cuando no existía Isora y yo tampoco existía."

(...) Doña Carmen, usté hace sopa magi? Dice mi abuela que la sopa magi es sopa de putas. Ah miniña, pues no sé. Yo la sopa que hago la hago de las gallinas que yo tengo. Doña Carmen estaba virada de la cabeza pero era buena. Casi todo el mundo la despreciaba, porque, como decía abuela, tenía cosas de guárdame un cachorro. Doña Carmen se olvidaba de casi todas las cosas, pasaba largas horas caminando  y repitiendo rezados que nadie conocía, tenía un perro con los dientes de abajo salidos pafuera, salidos pafuera como los de un camello. Perro sato, perro sato, jala y que te cargue el diablo, le decía. A veces le posaba la mano sobre la cabeza con cariño, otras le gritaba juite, perro, juite, perro del demonio. Doña Carmen lo olvidaba casi todo pero era una mujer generosa. Le gustaba que Isora la visitara. Vivía por debajo de la iglesia, en una casita de piedras pintadas de blanco con la puerta pintada de verde y las tejas viejas y llenas de mujo y de lagartos y de lonas de zapatos viejos traídos de Caracas, Venezuela, y de verodes grandes como arbolitos. Doña Carmen lo olvidaba todo menos pelar las papas, eso sí sabía, las pelaba en círculos, las ponía de canto y con un cuchillo con el cabo de madera les sacaba la cáscara como un collar enorme. Doña Carmen hacía papas frítas con güevos para merendar. Isora le llevaba las papas y los güevos de la venta de la abuela y ella guardaba un poquito pa la merienda de Isora. Guardaba un poquito pa la merienda de Isora y si yo iba pues también  me daba. Me daba, pero a mí doña Carmen no me quería tanto como quería a Isora, eso ya yo lo sabía. Isora sabía hablar con las viejas. Yo me limitaba a escuchar lo que se decían. Ustedes quieren un fisquito café, misniñas? A mí no me dejan beber café, le respondí. Yo sí, un fisquito, dijo Isora. Un fisquito namás. Ella siempre un fisquito namás. Lo probaba todo. Una vez comió comida de perro de la que había en la venta para saber lo que se sentía. Ella lo probaba todo y después si era necesario lo vomitaba. Yo tenía miedo de que mis padres me olieran el café de la boca y me arrestaran, pero Isora nunca tenía miedo. No tenía miedo aunque la abuela la amenazara con meterle un leñazo. Ella pensaba que la vida solo era una vez y que había que probar un fisquito siempre que se pudiese. Y un fisquito de anís, miniña?  Un fisquito namás. Un fisquito namás. Un fisquito namás, decía.
    Isora se tomó la gotita de café que le quedaba a la taza de la que estaba bebiendo doña Carmen y, directa, alargó el brazo para coger el vasito que la vieja había servido con anís del mono. Isora eructó, eructó como cinco veces seguida. Y luego bostezó.  Y en ese momento, doña Carmen la agarró por la barbilla y le miró a los ojos, aquellos ojos verdes como uvas verdes. Escarbaba en sus ojos lagrimosos como quien saca agua de una galería. La vieja se quedó asustada: miniña, tú sabes si alguien te tiene envidia? Isora permaneció inmovil. Por qué doña Carmen? Qué pasó? Miniña, tu tienes mal de ojo. Vete por Dios a cas Eufrasia a que te santigüe. Díselo a tu abuela, que ella sabe desas cosas y que te lleve a echarte un rezado.
    Al salir por la puerta estaba puesta la novela de las cinco. A esa hora del día, una cubierta de nubes enorme se posaba sobre los tejados de las casas del barrio. Ya no daban Pasión de Gavilanes, ahora daban...

Entrevista coa autora:

 

Abril 2021

O paxaro de nácara
de
   Pura Salceda   

    Segundo declara a propia autora esta novela está “ambientada na aldea dos meus pais,  Feás, e outras aldeas de Boborás e da comarca do Carballiño. Para min, representa unha homenaxe á miña terra e a cuantos loitaron por labrarse un futuro mellor, tamén lonxe dela” como Nélida, a protagonista, unha galega emigrada a Barcelona, que volve á aldea familiar para asistir ao funeral da súa avoa. Alí reencontrarase con Elías, un antigo noivo, un amor que non foi a máis porque el emigrou a México. Agora Nélida está casada e con fillos, polo que aparentemente todo é auga pasada. Mais o encontro con Elías fará revivir por unha banda sentimentos do pasado pero por outra tamén un tema que crían pechado: a misteriosa morte no pasado de Gonzalo, un tío de Nélida,  nun accidente de automóbil en México.

   (...) Quedaron de novo en silencio. Tiñan tantas cousas que dicirse que lles resultaba imposible artellar discurso ningún. As palabras amoreábanse nas súas cabezas, unhas desculpándose, outras que eran reclamos, e moitas, as máis delas, gritando que se botaban de menos. Por iso permanecían calados.
    Nese momento entrou Florentino no bar acompañado de dous homes máis. Mirounos con descaro pero non se saudaron. Por un momento fixo o ademán de achegarse a eles, pero desistiu. Neli non se decatou deste derradeiro xesto porque lía unha mensaxe que lle chegara ao móbil: Rosendo quería marchar. Pensou dicirlles que se foran sen ela, que xa a levaría Elías, pero non quería levantar sospeitas nin dar que falar. Tampouco a compañía do bar era moi agradable.
    -É Rosendo. Está canso xa.
    -Tan cedo? Por que non quedas e lévote eu logo no coche?
    -Xa sabes a resposta.
    -Así non podemos falar de nada. Xa ben ves que sempre alguén nos observa dixo sinalando disimuladamente ao Raposo-.  Deberiamos vernos fóra de Feás, ir a Vigo ou a Pontevedra, como faciamos antes, e conversar con calma. Non tes maneira de arranxalo?
    -Se cadra podería pedirlle o coche a Sabela, así cada quen vai co seu. Sería máis discreto.
    -Fai por iso, por favor. Dime algunha cousa, Neli -contestou Elías mirándoa fixamente. A súa ollada falaba por el.
    Ao día seguinte pola mañá. Nélida recibiu unha mensaxe de Elías na que lle dicía que estaría todo o día fóra de Feás por cuestións familiares, o que daba máis marxe a Nélida para buscar unha escusa para Sabela. Podíallo contar todo, pois sempre compartiran confidencias, pero iso representaba ter que dar explicacións que nese momento non lle apetecían o máis mínimo.
    No almorzo, Sabela estaba contentísima. Parecía ser que tivera moita afinidade co tal Pepe de Avión. Polo visto era dunha das familias que triunfaran en América e, o mellor de todo, era viúvo (aínda que alegrarse da súa viuvez recoñecía que non era moi ético) e non tivera fillos. Nélida escoitaba os pormenores, satisfeita ao ver tan radiante a súa prima. Incorporáronse á mesa seus pais, aínda que xa almorzaran había un par de horas.

Podes visitar o blog da autora premendo aquí.

Marzo 2021

Si te abrazo, no tengas miedo
de
   Fulvio Ervas   

    Andrea é un adolescente autista: vive nun mundo afastado e paralelo; as palabras escápanselle e loita constantemente por atrapalas. Durante anos, Franco, o seu pai, lévao a todo tipo de terapias: tradicionais, espirituais, experimentais… Mediante o computador, o mozo é capaz de comunicarse cos seus pais, e a través das súas palabras coñecemos os sentimentos e soños que leva dentro: Son un home prisioneiro dos meus desexos de liberdade. Andrea quere curarse.
    Un día de 2010, e en contra de todas as opinións expertas, pai e fillo inician nunha viaxe incríbel: percorrerán en moto 38.000 km do continente americano, desde Miami ata Porto Seguro (Brasil) durante máis de catro meses.
    A novela (partindo dunha tradición literaria  que, desde Conrad a Keruac, utiliza a imaxe da viaxe para mostrar a evolución interior do personaxe), é o relato desta viaxe, que transformou as  vidas de pai e fillo; contaxia optimismo, humanidade e empatía; tal e como llo contaron Andrea e o seu pai, durante un ano ao autor,  Fulvio  Ervas. Unha aventura grandiosa, impredicible, como Andrea.

    (...) Hace quince años, estaba tranquilamente en el tren de la vida, cómodo, con mis seres queridos, con las cosas que conocía. Y, de repente, Andrea me sacudió, le dio la vuelta a los bolsillos, cambió las cerraduras de las puertas. Todo se volvió confuso.
    No hicieron falta muchas palabras:
    -Probablemente su hijo sea autista.
    La primera reacción fue de incredulidad: no puede ser, debe tratarse de un diagnóstico erróneo. Así que empecé a reunir pequeños indicios, elementos que antes consideraba insignificantes; estaba equivocado.
    Después se desató un huracán, dos huracanes, siete tornados.
    Desde entonces estoy en medio del vendaval.
    En cuanto me dieron el diagnóstico, salí, entré en un bar y pedí un vaso de agua mineral.
    -¿Quiere algo más? -La camarera debió de fijarse en mi inmovilidad.
    -¿Usted sabe algo del autismo? (…)
    Era una noche de finales de mayo, no podía dormir. Me acordaba del grito de Andrea de unos días antes, después de protagonizar uno de sus muchos jaleos. Vagaba por la casa, estaba terriblemente inquieto. Le pregunté qué le pasaba, insistí, y él me agarró por los hombros de forma extraña. Se me quedó mirando a los ojos como nunca había hecho antes. Abrió la boca de par en par dejando escapar un grito que parecía haber atravesado una extensión infinita de días. Me pareció que decía, diría que lo oí: no puedo, no puedo, no puedo… (…)
    A la mañana siguiente, muy temprano, Andrea ya se había levantado y deambulaba por la casa en pijama. Seguía el perímetro de la mesa, tocaba el sofá, examinaba la ventana del salón. Busqué las zapatillas, sin encontrarlas. Me imaginé que estarían perfectamente alineadas debajo de la silla del despacho. Con los pies descalzos, pisé un trozo de papel, luego otro, hasta que vi un montón de pedazos diminutos sobre la mesa, (…)
    La idea de hacer un gran viaje empezó a germinar en mi interior, en silencio. Como un virus. Sin manifestaciones evidentes. No sentía la necesidad de elaborar un plan detallado. Para Andrea, las horas de cada uno de los días siempre son un imprevisto. Para mí también será así, y que salga como tenga que salir.
    Una mañana salí a recibir a Andrea cuando volvía del colegio, con su paso ligero. Lo vi llegar y le pregunté si le gustaría hacer unas vacaciones especiales. Él se distrajo con la ropa que había tendida en el patio de una casa. Salió corriendo y empezó a agrupar las sábanas, a cambiar las pinzas de sitio, a enderezar los calcetines.
    -¿Nos vamos lejos? -le pregunté.
    Me miró de reojo y sonrió.
    -Andrea, ¿nos vamos a América?
    -América bonita.
    Allí, delante de aquella ropa ordenada como sólo Andrea sabe hacer, me dije: Andrea y yo cruzaremos todas las Américas posibles e imaginables, dos o tres, las que encontremos. Nos iremos por ahí todo el verano, como exploradores.(...)

Un par de novelas breves para o 14 F

Lara e Sabela (de Ignacio Vidal Portabales)

Novela con dúas protagonistas femininas: Sabela,  propietaria dunha galería de arte que goza facendo de modelo de Lara, unha artista que expón na súa galería. Sabela é lesbiana e está namorada de Lara. O eixe que vertebra a novela é a evolución do proceso de achegamento amoroso por parte de Sabela cara a Lara.  Lara, viúva recente, que non é lesbiana,  recibe todo tipo de apoio de Sabela. As dúas amigas len xuntas unha carta póstuma de Valentín, o home de Lara e pai de Ariel, froito dunha relación extraconxugal e ao que terán que coidar. Outros personaxes son as integrantes da seita das “Alumadas” ou o avogado que axuda ás nosas protagonistas para acoller ao bebé Ariel.
O autor con esta obra,  que non descoida o humor, é un dos poucos escritores varóns en abordar o tema do lesbianismo, outro caso similar sería o de Carlos Meixide que na súa novela Camiño de paixóns presenta como protagonistas a Olalla e Hiromi, unha parella de lesbianas que fan o Camiño de Santiago xuntas.


Dúas recomendacións lectoras para celebrarmos lendo o Día dos Namorados máis aló dos moldes do amor heterosexual e romántico.

 

VIDAL PORTABALES, Ignacio, Lara e Sabela,(XXVI Premio de novela curta Manuel Lueiro Rey), Xerais, Vigo, 2020, 175 pp.

MEIXIDE, Carlos, Camiño de paixóns, (Premio de novela Camiño de Santiago, 2018), Galaxia, Vigo, 2019, 138 pp.

Febreiro 2021

Virtudes (e misterios)
de
Xesús Fraga   

    Mesturando xéneros como a novela, a crónica ou o diario, o autor conta a emigración desde o lado dos retornados, a partir das vidas vividas e non vividas protagonizadas por tantas mulleres galegas que, levadas pola  adversidade, rematan percorrendo o mundo á procura dun futuro  mellor. Historia que  tamén  reflicte a realidade da segunda metade do século XX e as peripecias dun neto abraiado e  dunha  avoa poderosa.
    O zapateiro betanceiro Marcelino, mediado o século XX, seducido polas novas que chegan de Venezuela, cruza o Atlántico coa ilusión de regresar en pouco tempo transformado nun indiano como os seus compatriotas os irmáns García Naveira. Mais, tras varios anos, non só non envía os cartos prometidos á súa casa, senón que el mesmo desaparece, o que obrigará á súa cónxuxe Virtudes a emprender a súa propia emigración cara a Inglaterra...

    (…)-Ai, Marcelino, pero non te das conta de que tres fillas deixas aquí?
    Non foi a única persoa nin a única razón en contra da súa marcha. Houbo quen consideraba que o seu carácter non se axeitaba aos rigores que demandaría o cambio de vida. É certo que se trataba dun artesán esforzado e habelencioso, pero carecía de astucia para os negocios, o único xeito de enriquecerse, por moito que lle asegurasen que en Venezuela a prosperidade era cousa feita . Así llo explicou é probable que con menor crueza o seu amigo mestre e patrón. O señor Pintor, a quen acudiu en busca de consello, ou quizás máis ben, na procura dun préstamo para a pasaxe.
    -A este alá cómeno vivo- seica foi o seu vaticinio en canto saíu do obradoiro.
    (…) Se en Venezuela había oportunidades, por poucas que fosen, sempre serían máis que en Betanzos. As fillas podían quedar temporalmente ao coidado da súa avoa e, unha vez estabilizados, reunir a familia. Entrementres, insistía, teríanse o un ao outro. El respondeu cun non tallante e un argumento tan contundente como taxativo: 
    -Este non é país para mulleres.
    De ter cruzado o Atlántico e ficar en Venezuela, a nosa historia sería ben distinta. (…) Un dos días nos que se presentou no restaurante Os Arcos como camareira de reforzo, unha compañeira faloulle de que no hostal contiguo acababa de se hospedar un sacerdote que viña dunha misión nalgunha das zonas selváticas de Venezuela. A avoa pediu velo e expúxolle o dilema que a agoniaba (…) O que o misioneiro lle quixo facer ver era que si en case cinco anos o home non mandara cartos, non quería volver e non quería que fose ela para alá, sería porque tiña outra familia. (…) Agora a marcha do home tamén a empuxaba a ela a emigrar, xusto na dirección contraria: el en Caracas, ela en Londres, as fillas en Betanzos, confiadas á nai. Mesmo despois de todos os intentos previos, a avoa escribiulle unha carta final, na que lle anunciaba a mudanza e o convidaba, de novo, a reunirse con ela, desta vez en Inglaterra. Non recibiu resposta. Pero o plan de traballar por reunir de novo a familia ficoulle no maxín. Xa non tiña home, pero si tres fillas. E cando Isabel, a maior, fixo os dezaoito, chamouna a Londres canda ela. (…)
    -Avoa, é certo que teño que irme? Que fago?
    -Tes que obedecer á túa nai. Se ela di que tes que ir con ela a traballar para axudar a familia, ela sabe o que é o mellor.
    E deste xeito iniciou a viaxe que habería de cambiar, para sempre, a súa vida. (…) Un ano despois de viviren separadas en Londres, nai e filla atopábanse de novo baixo o mesmo teito.
    En Bramham Gardens miña nai tivo, por primeira vez, un cuarto de seu. Un espazo propio, sen ter que compartilo con irmás ou avoas, moito menos coa aragonesa Lidia, da que vencidos os atrancos iniciais se despedira non como amiga, pero si como compañeira. Tamén estaba no basement, co cal a luz era escasa, en todo caso, menos da que recibían nos andares superiores as estancias das enfermeiras, cos seus armarios ateigados de roupa moderna. Aínda así, era un reduto íntimo, un espazo no que cultivar a imaxinación e, sobre todo, a súa aprendizaxe...

Se premes aquí tes unha entrevista co autor.

 

Persoas literarias con Discapacidade

Aproveitando a celebración do Día Internacional das Persoas con Discapacidade presentamos aos protagonistas de dúas novelas, cuxa lectura resulta moi oportuna para esta xornada.

Mark Haddon fai protagonista de O curioso incidente do can á media noite (Rinoceronte Editora, 2008, 284 pp.) a Christopher Boone, un mozo de 15 anos que vai a unha escola para estudantes con necesidades especiais porque ten a síndrome de Asperger. Adora as matemáticas, posúe unha memoria fotográfica, é extremadamente observador e incapaz de mentir. Con todo ten dificultades para entender o comportamento humano, as expresións e as relacións. Christopher diferénciase dos demais debido á súa percepción da vida. É incapaz de recoñecer e comprender as expresións faciais, agás as de felicidade e tristura porque llas explicaron, e ten dificultades para entender as metáforas e os chistes. Gústanlle as informacións concretas, as listas e os feitos, ten medo dos estraños e dos lugares descoñecidos, e o seu soño favorito é aquel no que toda a xente "normal" (os que non son como el) está morta e el ten liberdade de ser como é sen  que o molesten. Ademais disto, é moi sensible aos estímulos. Por esta razón berra e reacciona con violencia cando a xente o toca. Tamén ten moitas teimas: non come dous tipos diferentes de alimentos se están no mesmo prato ou odia as cores amarela e marrón chegando a usar colorantes vermellos nas súas comidas.

Flores para Algernon (Alamud Ediciones, 2019, 264 pp.) de Daniel Keyes, escrita como un diario persoal, conta a historia de Charlie Gordon, un home de 37 anos que sofre atraso mental cun coeficiente intelectual de 68. Por iso é elixido para probar un tratamento que podería mellorar a súa intelixencia. Os seus progresos son comparados cos do rato Algernon, do que o noso protagonista se fai amigo e acaba adoptándoo como mascota. Charlie cóntanos, a través dos seus informes de progresos, os seus avances e sentimentos. Ao principio Charlie desespérase pensando que é máis parvo que o rato e  cando ve no rato a regresión que máis tarde vai sufrir el mesmo, desespérase. Ao final do libro pide que lle leven flores a Algernon, frase que dá título ao libro.

Xuño 2020

Libre te quiero
de
Jorge M. Reverte

    Combinando  realidade histórica e ficción, e con un peculiar sentido do humor, o autor crea unha novela de aventuras -e de aprendizaxe- marcada pola sociedade, a amizade e a esperanza. Asturias, Galicia (Tui e Valença do Minho entre outras localizacións), París, Nova York, Madrid, Barcelona e as praias de  Normandía conforman as paisaxes onde transcorre unha narración poboada de  gámsters, policías, revolucionarios, dinamiteros, pistoleiros fascistas… Unha trepidante trama que ten protagonista a liberdade.


    Na España da década dos anos trinta do século pasado, Manolo e Yolanda, deciden ir en busca dos seus soños de liberdade e de xustiza. Son apenas uns adolescentes, inexpertos e  impresionables. Manolo está convencido das bondades do “comunismo libertario” que se expande por Europa; Yolanda é unha moza inquieta e decidida, defensora da igualdade e a modernidade, que traballa como enfermeira no hospital ao que Manolo vai parar tras unha disputa política. Entre os dous nacerá un compañeirismo que dará paso ao desexo e á paixón, o que non lles impedirá desempeñar un papel activo nos acontecementos que definirán o destino español e tamén europeo.
   
Lo de su padrino, el tío Manuel, hermano mayor de su madre, sí que tuvo miga. De Manuel, a quien en el pueblo casi todo el mundo llamaba “don Manuel”, tuvo noticia cercana un día de cumpleaños. Una presencia física que se había producido solo dos veces en su vida, pero que fueron cruciales, como se espera siempre de las comparecencias de su padrino. El resto del tiempo, Manolito, que no tenía padre reconocido en su reducida sociedad, aunque llevara el apellido Olmos en sus escasos papeles, estaba siempre pendiente de los designios remotos de don Manuel, interpretados de forma que se suponía muy fiel por la madre del chico, Casilda Martínez, así llamada con el nombre de la doncella mártir porque el día de su nacimiento era el dedicado a la santa en el calendario. Casilda había nacido un 9 de abril, en La Bureba, en León, por casualidad, porque su familia era gallega por ambas partes.(páxina 13)


    (…) Por fin se había liberado de sus cadenas, justo cuando los rebeldes se alzaban contra la República. Pero no tendrían tiempo de pensar en ello, puesto que ahora se trataba de huir y de llegar a Madrid.


    Primero, debían abandonar Galicia. Matías, aprovechando que los falangistas enviados por don Manuel tenían estrictas instrucciones de obedecer en todo, condujo el coche, un Ford anticuado pero a prueba de averías, y guiado por uno de los milicianos de la camisa azul, hasta la frontera en Tuy. Llegaron allí a media tarde, cuando todavía quedaban algunas horas de luz.


    Los compañeras ideológicos de su guía estaban eufóricos, después de haber causado una auténtica carnicería que se había extendido por todo el pueblo. Había allí una estremecedora exposición de cadáveres, que se presentaban en todas las posturas y en todos los lugares para cumplir uno de los objetivos de Mola, que, inspirado por la fértil imaginación de don Manuel, consistía en “sembrar el terror”. A Manolo, que desconocía el alto grado de responsabilidad de su tío en lo que veía, la táctica de Mola le había podido, por el momento al menos: estaba absolutamente aterrado. Y eso que era un veterano de la revolución de Asturias, donde creía, erróneamente, que lo  “había visto todo”.

Nova sobre a novela en El Pais  e en El Español.

Maio 2020

Mentira
de
Care Santos

    Xenia, filla única que está a piques de realizar as ABAU e quere estudar medicina, vive controlada en exceso polos seus pais. O seu rendemento escolar baixa porque está namorada. A partir de O gardián entre o centeo, libro prestado para un traballo de filosofía, coñece por internet a "Marcelo", un lector apaixonado dese libro có que comezará a comunicarse por correo electrónico. Deseguido xurdirá entre eles unha amizade que terminará sendo insuficiente para  Xenia. Cando ela decide coñecer a “Marcelo” cara a cara, este evita a cita. Xenia  descubrirá que o que lle contou o suposto “Marcelo” é falso. “Marcelo”, na realidade, chámase Eric e  tamén empezou a sentir algo pola moza así que lle enviará  un paquete onde  revelará toda a verdade da súa complicada vida. O paquete procede do cárcere de menores e contén a historia dun asasino. En resumo: a novela lévanos a pensar que as cousas non son sempre o que parecen e dinos como unha mentira pode repercutir na vida dunha persoa.
   
    Son moi observadora. Decateime, por exemplo, de que Marcelo respondía case sempre ás miñas mensaxes entre as catro e as cinco da tarde os luns, mércores e venres. Algunhas veces, de cando en cando, tamén escribía polas mañás. Pero nunca en martes, xoves ou sábado. Supuxen que, ao mellor, tiña algún traballo e que debía ter dificultades para utilizar o ordenador para asuntos persoais; por iso as súas mensaxes eran sempre tan breves, porque non quería ter problemas.
    Cando coñeces unha persoa pola Internet, todo o que non sabes dela tes que imaxinalo. Por iso te equivocas tanto.
    Ao mellor, falar de todo aquilo con alguén podíame axudar a velo doutra forma, a darme conta de que era unha tolería. Pero a miña única amiga era Sandra, e a nosa relación non pasaba por un bo momento. A min parecíame que ela estaba moi rara desde que empezara a saír con aquel rapaz universitario, coma se el a estivese cambiando. Ou, se cadra, a rara era eu, quen o sabe. Poida que tamén sentise un chisco de envexa. Poida. O caso é que non lle contei nada a ninguén.
    Dous días despois de que lle enviase a foto, Marcelo pediume outra. Fun moi dura con el:
    Non che vou enviar ningunha foto máis mentres non me envíes ti unha túa.
    Funcionou. Cando recibín un correo electrónico cun documento adxunto, disparáronse os latexos do meu corazón. Mamá estaba na cociña pero, aínda así, abrino. Non podía esperar nin un segundo. Diante de min, aberto, o traballo de literatura. Nunha segunda ventá, preparada para escondela se mamá se acercaba demasiado, a foto que tanto ansiaba ver.
    Imaxinárao tantas veces, que abrín a foto cun medo terrible. E se non era como eu pensaba? E se era horroroso?
    Durante uns segundos, creo que me esquecín de respirar. Hai veces en que a vida se detén. Só uns instantes, sen ningún movemento. É como se o mundo quedase en absoluto silencio para subliñar o que é importante de verdade. Despois, todo volve soar con máis forza. O meu corazón coma un tambor. Pom pom, pom pom.

 

Accede á páxina virtual da autora premendo aquí.

Distribuir contido


by Dr. Radut