Hasta que se baje el puente
y crucen los latidos,
hasta que el castillo sea cueva
sin puertas ni cancelas,
hasta que el fondo se abra y
entre la luz de repente.
Deseas una libertad a solas
ser libre en la libertad
entera
sin más estaciones que la tuya,
llena de libertad,
libertad ardiendo,
buscando el río de la libertad,
para refrescar la vida...
Pronto llegarás a la orilla del mar
junto a la espuma de las olas.
Aprieta esa rosa entre tus manos.
¿Sabes quién la ha traído?
(Araceli Sagüillo).Resistir hasta el último asalto