#ENTREVISTAS DESDE O CONFINAMENTO 06 Noa Codesido entrevista a Miguel dependiente dun supermercado en A Coruña

 

«LA GENTE QUE ANTES VENÍA CON SU ROLEX Y NOS MIRABA POR ENCIMA DEL HOMBRO, AHORA ES CONSCIENTE DE QUE TODOS SOMOS PERSONAS»

 

Miguel Otero tiene veintiséis años y reside en los alrededores de A Coruña. Él es uno de los muchos dependientes que trabajan atendiendo en supermercados durante la caótica situación que estamos viviendo actualmente: la expansión del coronavirus y el decreto de permanecer confinados en nuestros hogares.

 

Buenas tardes, Miguel. En primer lugar, nos gustaría saber qué tipo de medidas de prevención contra el coronavirus se han aplicado en vuestro centro de trabajo.

¡Buenas tardes! Al principio, intentábamos lavarnos las manos al entrar ysalir del supermercado y no tocarnos la cara. A medida que esto avanzó nos fueronproporcionando mascarillas, guantes, pantallas, geles desinfectantes, etc. Además,se colocaron unas mamparas en las cajas y se dibujaron unas líneas en el suelo conla distancia de seguridad al hacer cola.

 

Photo by Anna Shvets from Pexels¿Os sentís seguros con este tipo de precauciones?

Sí y no. Sabemos que las medidas que se tomaron son adecuadas, pero la verdad es que estamos nerviosos por el riesgo que tenemos de enfermar al trabajar en un sitio como este.

 

Entiendo. Y, respecto a los clientes que frecuentan el supermercado, ¿cómo son sus actitudes: respetuosas y solidarias o, por el contrario, impulsivas y desconsideradas?

Aunque hay mucha gente que respeta las medidas, sigue habiendo inconsciencia, especialmente por parte de los mayores. Algunos, por ejemplo en la charcutería, se apoyan en la vitrina o no respetan la distancia de seguridad. En cajas pasa lo mismo, la gente quiere acabar de comprar rápido y esto provoca un descontrol en los clientes y en los trabajadores.

 

¿Qué les pediríais a los consumidores?

Ser capaces de ponerse en la piel de los demás, tanto en la de otro cliente como en la nuestra.

 

¿Cuáles son los productos que adquieren mayoritariamente los compradores? ¿Hay, por lo tanto, desabastecimiento de alguno de ellos?

Al principio sí que es verdad que, como decían en las noticias, la gente compraba mucho papel higiénico, pero ahora escasean otros productos: lejía, Sanitol, alcohol para desinfectar, guantes de usar y tirar. También se nota que aumentó la compra de botellas de agua y algunas carnes y frutas.

 

Desde tu punto de vista, ¿qué es lo más difícil de tener que trabajar en una situación como la actual?

Aparte de la tensión que hay en el supermercado, el uso de mascarillas o pantallas no nos deja tener la misma cercanía que antes con el cliente y, además, nos resultan bastante incómodas.

 

¿Crees que, tras esta situación, la sociedad se ha concienciado de la verdadera importancia que tienen trabajos como los vuestros?

Sí, sin duda. Por ejemplo, gente que antes venía con su Rolex y nos miraba por encima del hombro, ahora es consciente de que todos somos personas y merecemos el mismo respeto independientemente de lo que cobremos o de nuestro trabajo.

 

NOA CODESIDO CENTOIRA. 1.º C BACH.