#ENTREVISTAS DESDE O CONFINAMENTO 07 Saabela Caamaño entrevista a Herminia, muller do campo.

 

«No podría comparar esta situación con nada de lo que

he vivido en estos 95 años que tengo»

 

Mª Herminia Mirás Mantiñán nació el doce de junio de 1924 en Crendes, una parroquia de Abegondo, A Coruña. Ella es una mujer que ha dedicado toda su vida a las labores del campo, tales como sembrar diferentes tipos de cosechas o criar animales que posteriormente servirían para alimentar a su familia. Valiente desde muy joven, sabemos que jugaba al fútbol cuando aquello era únicamente un deporte para hombres, hoy nos cuenta cómo vive ella esta situación tan sobrecogedora.

 

En primer lugar, doña Herminia, ¿qué piensa usted de todo esto que está pasando? ¿Cómo se siente?

Con este virus que hay yo estoy muy deprimida la verdad, muy triste porque ya no puedo ver la televisión. No puedo verla porque me pongo muy nerviosa y luego no duermo por las noches. Tengo 95 años y puedo prometer que en ese tiempo pasaron muchas cosas, pero nunca algo parecido a esto que nos ha tocado vivir. Vivo con miedo, no sólo por mí, que soy una persona mayor dentro de otros grupos de riesgo; sino también por mis nietos, que siguen yendo a trabajar, por mis hijos o por mi círculo de amigos. Además, ver tanta gente muriendo cada día es algo muy desagradable; a mí me hace recordar a las penurias de la Guerra Civil y su posguerra. Es algo realmente duro. Ves a tantas familias que tardan en saber dónde están los cuerpos de sus fallecidos y que no podrán acompañarlos en momentos tan difíciles… Es algo terrible. Tengo la alegría de convivir con mi hijo y mi nuera y de tener muy cerca a mi nieta y mis bisnietas, eso hace que pueda disfrutar y distraerme un poco de todo esto que está pasando.

 

¿Cómo cree que sería todo esto si hubiese ocurrido hace cincuenta años?

Hace cincuenta años no teníamos nada. Antes teníamos que hacernos unas zapatillas en casa para poder salir a la calle. Ahora ha cambiado mucho el mundo, tenemos tres o cuatro pares de zapatos. No teníamos apenas ropa y mucho menos una higiene que nos permitiera salvarnos de algo tan contagioso como esto. Tampoco teníamos medicina eficaz, no había tanta investigación en la ciencia. En los tiempos de antes no teníamos a nadie que mirara por el bien de todos, cada uno tendría que salvarse de la mejor manera posible y con lo que estuviera a su alcance.

Ahora que me haces esta pregunta me acuerdo de una anécdota que ocurrió después de la guerra. Iban dos hombres en carro hacia Carral en el tiempo del hambre, el año 1941, uno era de Bribes y otro de San Vicente. Uno llevaba dos ferrados de maíz y decía “O que se farte de pan este ano é un lambón” y el otro, que era mucho más pobre, le dijo “Pois mira, ven hoxe pola tarde á miña casa e fártote de bola”. No teníamos nada, pero fuimos solidarios y honrados. Siempre se podía ayudar al vecino, porque el vecino sería el único que iba a ayudarte si tú lo necesitabas. Si fuera hace cincuenta años todo sería muchísimo peor, en todos los aspectos.

 

¿Con qué vivencia propia compararías esta situación?

No podría comparar esta situación con nada de lo que he vivido en estos 95 años que tengo. Lo único que sé es que esto va a traer un miseria muy grande. Vuelvo a recordar el periodo posterior a la guerra. Ojalá no se repita algo tan horrible. Esperemos que no sea tan terrible, pero lo vamos a pasar mal. Yo creo que esto no va a traer nada bueno. La gente está sin trabajar, las empresas cerradas… Va a traer una crisis muy grande.

 

Si usted fuera la que tuviera que coordinar al Estado para hacer frente a esta crisis, ¿en qué se centrarían sus objetivos?

Yo no sé cómo dirigiría todo esto, es una labor muy complicada. Pero desde luego, invertiría

todo el esfuerzo posible en la investigación para encontrar un medicamento o una vacuna que nos proteja de un nuevo brote. Recuerdo el auge de la tuberculosis. Moría mucha gente. Hasta que se descubrió la penicilina, después ya no murió más gente. Lo más importante para mí es encontrar una vacuna, desde luego. Mi objetivo sería ese.

 

Usted, como ya dijo antes, está dentro de los grupos de riesgo. ¿Qué fue lo primero que le preocupó cuando se proclamó el Estado de Alarma por la crisis sanitaria del covid-19?

Me sentí bastante agobiada, la verdad. Aparte de tener una edad, también soy diabética. Por lo que supone un riesgo mayor.

 

Por último, ¿cómo cree que será la nueva realidad cuando todo esto acabe?

No sé cómo será todo cuando salgamos. Es algo que me angustia. Solo puedo preocuparmesobre cómo será el mundo que les dejaremos a los que vendrán. Me preocupa por mis nietos ybisnietos. A eso es a lo que más miedo tengo. Supongo que tendremos que guardar lasdistancias unos meses y que las mascarillas nos acompañarán otros tantos.

 

SABELA CAAMAÑO REBORIDO. 1.º C BACH.

 

wikimedia