Estamos recibiendo información continuamente por lo que nuestra mente tiene que filtrar todo lo que no está buscando activamente. El problema radica en que, como regla general, nuestra mente tiende a ver lo que está mal y las carencias.
Esto se debe a que, a fin de evitar el peligro y asegurar nuestra supervivencia, buscamos lo que está fuera de lo esperado o puede representar un peligro.
Sin embago, si nos dejamos dominar por estos pensamientos negativos, pueden comenzar a dominar nuestra mente y a afectar a nuestras expectativas. Empezamos a esperar situaciones negativas y a crear lo negativo en nuestra vida. El resutado final sería una vida de resultados decepcionantes.
Pero podemos detener la tendencia negativa natural de nuestra mente mediante la reorientación hacia lo que es positivo, centrándonos en lo que estamos agradecidos.
A veces ocurre un percance que podría haber sido mucho peor. Es importante darse cuenta de ello y estar agradecido de que no haya sido mayor.
Muchas veces vivimos la vida sin prestar atención a las pequeñas buenas cosas que nos suceden. Sin embargo, si piensas un poco, verás la cantidad de cosas positivas que hay en tu vida. Es fundamental reeducarnos para pensar en positivo y ver todo lo bueno que vivimos cada día.
Aprende a darle más importancia a lo positivo que a lo negativo y encontrarás una forma de sentirte mejor. Yo te propongo dos sencillas actividades, que si las haces a menudo, te ayudarán a conseguirlo:
-
Mi tarro de agradecimiento: piensa en personas, momentos o cosas por las que te sientas agradecido/a y mételos dentro de tu tarro.
-
Mi lista de agradecimiento: haz una lista con las cosas por las que te sientas agradecido/a.
Cuando tengas un momento de negatividad, sólo tienes que echarles un vistazo y te darás cuenta de todo lo bueno que te rodea.